Transformación de la vida
por: administrador
18/07/2024

Párrafos extraídos de Logosofía sobre “La ley de cambios

Una de las cosas que el observador logósofo puede verificar es el asombroso funcionamiento de las leyes universales.

Sobre todo aquellas que más directamente toman contacto con el hombre cada vez que adopta resoluciones que implican trascender la órbita de sus comunes designios y participar activamente en obras de tal proyección que exceden las habituales.

También llaman la atención del observador, aquellas leyes que influyen directamente sobre el individuo al intentar cualquier modificación substancial en su modo de ser (carácter, tendencias).

Estas leyes, no por ser generalmente ignoradas, son menos rigurosas y efectivas.

En la vida ordinaria ellas intervienen muy raras veces, puesto que al conformarse el hombre con una existencia vegetativa, no se coloca, sino por excepción, en condiciones de sentir el influjo benéfico y modelador de las mismas.

Pero si después de experimentar las angustias de la ignorancia que lo mantienen sumido en una atmósfera de desorientación, se propone ascender por sobre las capas ambientales de la intelectualidad común, de inmediato pone en juego -desde luego sin saberlo- las magníficas excelencias de su maravillosa creación.

Excelencias que permanecieron en un estado embrionario por la sencilla razón de no habérsele prodigado los medios indispensables que propiciaran e hicieran posible su manifestación. Tampoco se le prodigaron los estímulos que facilitaran el libre desarrollo de lo que habría de convertirse en facultades de otro orden que las conocidas, ya que ellas actuarían bajo el imperio de diferentes necesidades, lo que supone o determinaría la realización de un proceso evolutivo consciente.

Al poner en juego esos resortes que permanecieron inactivos dentro de la estructura espiritual humana, es como si se abriera una nueva vida llena de posibilidades, vida que será imprescindible nutrir, atender y rodear de los mayores cuidados si en verdad se quiere existir en ella y disfrutar de los innumerables beneficios que reporta semejante prerrogativa.

Obvio es señalar que en la generalidad de los casos en que se toma la determinación de efectuar en sí mismo una labor de reformación, cada uno ha debido hacer para sí formales promesas de cambiar su modo de ser, superarse y alcanzar una evolución que lo coloque de hecho en posiciones privilegiadas con respecto  a las que habría tenido de no mediar las circunstancias que anotamos.

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